Parafernalia de epístolas múltiples a destinatarios invisibles.

domingo, 10 de febrero de 2013

Apocalipsis



Los círculos con lazos de papel de regalo se han cruzado con las nubes con luces de neón. Los carteles rezan que no se debe rezar. Las gotas no deben salpicar, ni las olas saltar. Hoy se destruye y quema la vida en los bosques de las flores inertes que han crecido siempre verdes. Vida humeante como arroz, como wabi japonés, como el té a punto de sonrojar.
Vivir es el miedo. Afrontar, coser, barrer, sentir, matar, caer en el miedo. Tragar palabras. Vomitar llantos. Aún no me ves vivir del todo porque tengo un miedo inconsciente, incontrolable, sin ser específico. Con el peso de estas cadenas que protegen mi desnudez te pido perdón. Esta piel vulnerable al frío necesita tu calor, pero le aterra tu tacto porque desaparece contigo.

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Entre blancas y corcheas soy el silencio que no cesa. Las aguas tiemblan por su quiebra contra mi pecho. A mis pies, las líneas de los ángulos que nos observan han quedado de piedra. Los pájaros que permanecen atrapados en el torbellino de mis sonidos negativos pían al terminar mi Obertura 2012, doscientos años después. El despliegue de armas va a dar comienzo entre olivos y encinas. Rosas sin espinas cantan que ya no hay atrás. Es el fin de los días.

Textos: FEBRERO 2012

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