Parafernalia de epístolas múltiples a destinatarios invisibles.

lunes, 20 de agosto de 2012

Reflectante


Los espejos irrompibles pero traspasables, transparentes, de ayer devuelven la misma imagen hoy. La entrega del mejor reflejo, inalcanzable. Deseos escritos en hojas secas, caídas, de esos árboles de otoño. Se reflejan por la otra cara en aguas verdes sin fondo, curiosas, que esperan. Se dejan flotar. Hay algo bajo el agua que no me quieres contar, y me está produciendo burbujas. Bajo a nado, sin aire y sin mente; me sumerjo demente. A brazadas cortas y brazadas largas, el agua tolerante acaricia mis pies, me enfría, me asusta. El universo del mar, con todas sus estrellas y constelaciones hechas corales, con algas que me enredan tirando para sí, que me hacen reír. Tu sofá bajo el mar, con el mismo color, integrándose mejor de lo esperado. El color es perfecto. Tu piel, más oscura, sobre la mía. Color sin luz que se moja sin humedad pero con sudor, con sexo ocular prolongado, sin fin, que no se acaba nunca. No se atasca en la respiración, no da lugar al aire. Va matando al oxígeno, que se muere gimiendo. Suspiras. Sexo es tu sofá. El enredo de los ojos, la trasfusión de la mente. Con la volatilidad del cuerpo no hay pruebas. Velocidad torácica y tacto curioso, con miedo. La luz fuera del barco.

El reciclaje de los iconos ocurre mientras sigues descubriendo espejos. Retinas y pupilas devoran el tiempo y el espacio. No hay frío que muerda más que tú. No hay relojes que existan. Hay agujas y manivelas ruidosas que no cuentan el tiempo hacia atrás. Sólo existe el espacio restante. Hay susurros, no se escapa. Nadie lo señala. Inútil por alargar la mano y sufrir por cerrar el puño. No se escapa, no puede. Hay notas psicodélicas en cómo te rascas, en cada una de tus formas, la nariz. Una risa que sí se escapa, suave, que huye al exterior para existir. Extrema, desde ti. Que sale del espejo y causa esas burbujas en el agua. Polaridades palpables y masticables, que se te ofrecen, imanes que te llevan a la cama en una pecera. Baúles-vivienda debajo del mar. Necesidades subjetivas con sabor a sal, a sopa con fideos ahogados, escondidos, en el fondo del tazón; que maúllan. Ruido en tu entrepierna. Así fueron los orígenes desconocidos, los caminos cruzados paralelos y la demás parafernalia de aspecto imposible procedente del imaginario surreal. 


Texto: DICIEMBRE 2011

2 comentarios:

  1. Por fin puedo darme un atracón, llevaba tiempo esperando leerte, y solo puedo decir que me aturde tu talento, bueno, diré más usando las palabras de inicio de tu blog "si puedes soñarlo, puedes hacerlo" y la prueba de ello son tus maravillosos textos.

    Muuuuua!

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    1. Gracias, pequeña. Tus palabras son un honor -de esos honores que te vuelven rojo-, porque hasta que me atrevo a publicar estas cosas pasa un tiempecito, pero este verano necesito sacarlo todo... Así que saciarte será un placer.

      Un abrazo enorme.

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