Parafernalia de epístolas múltiples a destinatarios invisibles.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

NNoviembre agrio Vol. I

Errores cognitivos. ¿Y si...? Hay tantos días en que el cielo no te invita a salir de la cama... Voy a vomitar el estómago. Puede que entonces se me agoten las náuseas mentales y mueran mis paranoias, mis ideas macabras para acabar contigo. Formas de dolor físico en que recrearme para tu mejor entendimiento de mis vísceras doloridas, mostradas y exhibidas al verme abierta en canal. Vuelvo a escribir crudo y desnuda. Ensangrentada, con mareos. Eres un ser mecánico. Tienes un acabado perfecto que oculta lo metálico de tus engranajes y fuelles, de toda tu tecnología punta, tu sistema operativo X OS v3.1, tu inteligencia fría y calculadora. En ese orden. Siempre fría. Cuanto más odies mis palabras más te las haré escuchar. Lo mismo hiciste con tu indiferencia. La sensación es que reirás eterna y profundamente hasta dejarme un socabón en el pecho de ridiculez y otro de humillación. Prefiero sentirlo de cualquier modo, no como tú, inerte, indiferente, ajeno y aparte. Yo prefiero sentir, y sentirme humana. 
Ya sólo me laten las tripas, y el corazón tiene un hambre corrosivo, con todo mi mal fondo. Lo saco sólo para ti. De las tripas que me quedan, pocas son las intactas. Me estoy deshaciendo de ellas como tú de mí. Prefiero amor y después odio, y poder quedarme clara y pura cuando se me vaya todo antes que no ser capaz de sentir. La Nada te acabará engullendo. Mostrarme como soy, libro abierto, transparente. ¿Recuerdas? Fueron tus palabras... No como tú, nunca como tú. Se te ha ido de las manos el gusto por ser y negar ser un robot de Asimov de ésos que tanto amas. Una vez apagaste mis odios más tediosos, los dormiste y alejaste. Ahora me los regalas de vuelta, de golpe, en bandeja de plata y servidos sobre la alfombra roja. Quizá me echaban de menos. No como tú. Gracias por pensar en mí. Has tenido tanto durante toda tu vida que aún te falta mucho por valorar. No sabes mirarte las manos vacías, recrearte en el dolor de los agujeros en ellas, en el sentirlas descarnadas por necesidad y por angustia, por el daño. No lo sabes. Hay tantas cosas que no sabes.                                                                                   
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No sé cuántas palabras me estoy tragando sin morder ni masticar. Perdí la cuenta. Lluevo. No acierto a decidir si debí haber retrasado o acortado la confianza, el punto, el momento exacto en que me dejé caer en tus manos, en que me dejé desnudar mental, verbal y físicamente, en que me entregué invisiblemente fiel y humilde con timidez y sin armas. El dolor vuelve a instalarse bajo la piel, ya tan desgastada. Ya no sé si es “el” o “mi” dolor, “la” o “mi” piel. Esta piel que es mía, que ya no quiero, que regalo por ahí para no tener que soportar.
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Es lo que ocurre cuando se rumian viejos ardores de estómago. Hacía tiempo que no me sentía tan fuera de sitio; en mi ciudad, en mi casa. Las calles, las plazas, llenas de árboles esclavizados públicamente con una mera finalidad estética casi invisible. Irreparable; en la que no se puede reparar. Qué poco acertada soy con lo que quiero decir cada vez que la parálisis me ataca. Largo tiempo de actividad; parón repentino que parece haber desactivado mi modo predeterminado. Renovarse o matar. Y hoy, si hay que vomitar, se vomita.


Texto: NOVIEMBRE 2011

4 comentarios:

  1. Lydi, no sabía que escribías tan increíblemente bien!! Me encanta, de verdad, esperaré ansiosa tu próximo post.

    Un besazo!

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  2. ¡Anda, una florecilla! Gracias, pequeña. Voy con mucho retraso publicando... He ido haciendo acopio de viejos textos así que puedes remontarte a hace unos añitos. Pronto habrá más.

    ¡Un abrazo!

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  3. Me ha gustado mucho, sobre todo que la protagonista (egocéntrica y ególatra? ;) lance embates irónicos de autosuficiencia pero, en realidad, se muestre en cierto modo muy triste y dependiente. También me ha gustado el contraste entre lo mecánico (el Mac, el cerebro frío y calculador) y lo orgánico (las tripas, el corazón, el pecho...).

    Ahora iré a por el Volumen II. Nos vemos allí :)

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  4. Gracias por leer, Yuji. Me gustan los contrastes porque yo en mí misma soy uno. Egocentrismo y egolatría en primera persona. Puedes creerme... o no.

    ;)

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