Parafernalia de epístolas múltiples a destinatarios invisibles.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Llueve

A veces se le adhiere a la piel, su vértigo preferiría vivir ajeno a ti. Busca tus huellas sin piedad alguna, y entonces recuerda que quisiera vivir ajena a todo. Se le quita el hambre, piensa en palabras crudas. No podría ser menos contraproducente que tú.

De nuevo el jodido vértigo. Carraspea, tose. No fue ella. Echa sus recuerdos desde dentro. Desequilibrio malsano. No, aún no puede escuchar el silencio en las noches de invierno. Nunca fue ése su propósito. Ya no puede decírselo. Hace frío, y se fue... Se había ido. Todo con tal de no escucharle. Movimiento, más movimiento. Constante agitación, sin descanso ni tregua. Contando las horas para el fin... Y tú sólo has visto lo que ha querido que vieras. 

Sigue corriendo ahora que llueve. 

Texto: FEBRERO - MARZO 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario