Parafernalia de epístolas múltiples a destinatarios invisibles.

viernes, 25 de noviembre de 2011

El paso

Jardines, Real Sitio de El Escorial (Abril 2009)

Aparición, desaparición: te resumes tan bien en tan pocos conceptos... Tú eres un concepto. Contraproducente, pero contundente. Siempre podré decir que yo no quería, pero será tan falso como que la idea de hombre-objeto no se ajusta bien a mi vida. No es tan malo estar hecho de pedazos de hielo... Así puedes beberme bien fría, pero demente. Nunca llegarás al otro lado, por si te permitiste dudarlo en algún momento mientras el reloj contaba los minutos hacia la izquierda. Te gusta ir hacia atrás, ¿es que no lo ves?

"Olvídate de mí" otra vez, de mi mente inmaculada (¿de veras he dicho eso?), desquiciada, cansada de seguir corroborando ideas que al principio parecían tan estúpidas como tú. Sin embargo, nadie ha vuelto a mirarme como tú nueve o diez meses atrás, a pesar de haber abarcado mayor espacio cronológico en mí. Ahora yo te miro como al principio, ahora como si tuviera delante la Nada, ahora como si no hubiera transcurrido un año. Luego te tocó a ti infravalorarme a mí. Por favor, sólo éste, déjame conservar éste. "Quemar después de leer". También fuimos a Barcelona con Vicky y Cristina y todo iba bien. Más tarde me mirabas después de sudar, y sólo querré recordar que me mirabas tú a mí: será un lavado de recuerdos fácil, agradable, de tu memoria en mí. Déjame conservar éste...

Que uno de los dos sea un ser (¿genéticamente?) superior tampoco es la cuestión aquí y ahora. No quiero decir que seas un perro, aunque tantas veces lo parecimos, siempre uno persiguiendo al otro cuando el otro estaba tan lejos ya del uno... Ahora ya no es aquí ni es ahora, es en el piso de abajo, te has equivocado de puerta. Ya no vivo igual, ni en el mismo lugar. Dicen que se prueba la langosta para no volver a las gambas. Yo te dejé volver un rato a un cuerpo que ya no es tuyo, y bien lo sabías, aunque aún así me lo preguntas... No son tus celos por él, por ser literalmente el doble que tú. Tan sólo reconoce que no te sienta bien, que tuviste que creerlo porque quien te lo contó no fui yo. Suelo salir de lo que siempre has considerado mi vida bajo cero. Tampoco lo añoro a él, simple y llanamente apareció. Ya no estabas tú, ni él, ni el otro él. Duraron tantos meses en mi cabeza que no estoy orgullosa. Pasaron por delante de mis ojos dos conceptos más, nada trascendental, pero no será cíclico como tú: ahora yo muevo ficha.

Tu odio hacia mis ángulos obtusos y complicados. Mi odio hacia que nuestra existencia en la vida del otro se reduzca al comportamiento físico de un puto imán. Un imán que se tira al suelo, grita, pelea, se retuerce, lucha por sobrevivir, por unirse. Con tensión e intensión, una necesidad anulada por una mínima actividad cerebral. Voy a tener ganas de tantos "tú" como haga falta para dar veracidad a nuevas especulaciones que pretendo sean pseudocientíficas. 

Texto: JULIO 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario